No es igual la situación de un hombre o una mujer que encuentran placer en prácticas o fantasías
sexuales en donde infringen o reciben estímulos dolorosos, a una persona que tiene conductas
cotidianas en las que se sabotea los buenos momentos y en ocasiones sus posibilidades de éxito en
el ámbito laboral, de pareja, personal o familiar.

SADOMASOQUISMO MORAL

En 1933 Wilhelm Reich incluyó el carácter masoquista en su lista de tipos de personalidad, para
referirse a una persona que se inclina por:

− Reaccionar con sufrimiento ante las situaciones cotidianas, sean estas, inherentemente
dolorosas o no.
− Quejarse continuamente
− Inflingirse daño físico o
− Autodespresiarse
− Tener deseos inconscientes de hacer sufrir a los demás con el propio dolor

Las personas que se cortan, por ejemplo, pueden explicar que la visión de la sangre y el dolor que
experimentan hace que se sientan vivas, y que la angustia de sentirse inexistentes es mucho peor
que cualquier malestar físico pasajero.

Convivir con un masoquista moral nos reta a no sucumbir al sentimiento de culpa, que es lo que
inconscientemente están intentando provocar.

¿Por qué el masoquista quiere hacernos sentir culpables?

El masoquismo es la otra cara de la moneda del sadismo, por lo cual es entendible que para ellos,
el sufrimiento del otro les resulte placentero (muchas veces de manera inconsciente), ya que logran
igualarse a ellos, y así pueden desarrollar un apego, que por traumas infantiles no pudieron
desarrollar hacia sus padres en su infancia ni adolescencia.

Si mantienes una relación con una persona masoquista, es muy fácil que tengas una sensación
constante de culpa, hasta por los detalles mínimos como disfrutar de una buena comida, por lo que
es muy recomendable que busques ayuda profesional.

SADOMASOQUISMO SEXUAL
El mayor placer psicológico del masoquista a nivel sexual no radica en el dolor que puede llegar a
sentir, sino en la situación de humillación y dominación en la que se ve inmerso por su contraparte
sádica.

El Sádico por el contrario, disfruta de someter, controlar y humillar a su compañera o compañero
sexual.

Se habla comúnmente de sadomasoquismo, como una condición parafílica, ya que desde hace
mucho tiempo se reconoce que una persona cuyo interés sexual se dirige a una de estas
actividades, es probable que sea también estimulada por la otra.

Las parafilias o conductas parafílicas hacen referencia a conductas íntimas, donde el placer se
obtiene mediante una actividad diferente a la relación sexual. Su etimología proviene de las raíces
griegas para que significa “junto de” y filein que podría traducirse como sinónimo del verbo “amar”.
Dependiendo de la forma como se lleven a cabo las parafilias pueden ser inofensivas, peligrosas e
inclusive constituir un delito.

Mencionaré algunas de ellas, aunque por el momento sólo me avocaré nuevamente al
sadomasoquismo.

Algunas parafilias son: el fetichismo, el exhibisionismo, el voyeurismo, el travestismo, la asfixofilia, el
bestialismo o zoofilia, la podofilia (relacionada a los pies), la pedofilia, froteurismo y necrofilia.
El término sadismo fue acuñado por el Psiquiatra alemán Krafft Ebing, tomando en cuenta el
contenido sexual, de la obra del controvertido escritor francés Donatien Alphonse François de Sade,
mejor conocido como el Marqués de Sade.

El término masoquismo, igualmente acuñado por Kraft Ebing en su libro Psicopatía Sexual, fue
inspirado también en un escritor llamado Leopold von Sacher Masoch, nacido en la ciudad de
Lember, ahora Lviv perteneciente a Ucrania, famoso por su libro La Venus de las Pieles en el que
narra cómo un hombre logra conseguir que una mujer lo trate como su esclavo y él obtiene placer al
ser maltratado física, sexual y psicológicamente por ella.

Es posible detectar tendencias sadomasoquistas en casi cualquier persona.
Alfred Kinsey, autor del Informe Kinsey menciona que una de cada cuatro personas se excita con
fantasías sadomasoquistas, y que la pornografía dedicaba a esta parafilia más contenido que a
ninguna otra.

Ahora bien, las tendencias no suelen llevarse siempre a la práctica, sino que permanecen en las
fantasías de hombres y mujeres, quienes recurren a ellas a la hora del acto sexual con su pareja o
mediante la auto-erotización.

El Psiquiatra y Psicoanalista inglés Anthony Storr menciona en su libro Desviaciones Sexuales, que la
mayoría de los individuos de tendencias sadomasoquistas, actuando según sus impulsos no van más
allá de golpes leves.

De hecho también apunta que paradójicamente la persona con tendencias o fantasías
sadomasoquistas, está con frecuencia muy ansiosa de lastimar o ser lastimada por su pareja y
puede llegar a ser “demasiado suave” en el acto sexual, que por su naturaleza conlleva movimientos
fuertes, gemidos, gritos y expresiones que se parecen tanto a la violencia y al dolor, que si alguien
los escucha pueden llegar a confundirse, y también, para la mirada inocente de un niño que
descubre a sus padres teniendo relaciones sexuales, la imagen puede interpretarse como uno de los
dos dañando al otro.

Las fantasías o los juegos sexuales con tintes sadomasoquistas consensuados en pareja, como ser
amarrados, causar leve dolor que resulte placentero o dar rienda suelta a fantasías de
sometimiento acompañadas de disfraces e instrumentos como látigos, suelen resultar muy
estimulantes y placenteros, siempre y cuando no se sobrepase el límite acordado, y no lastime a la
pareja ni física ni emocionalmente.

BDSM

BDSM es un término que surgió en 1990 para abarcar seis prácticas y fantasías eróticas: Bondage
(referente a la inmovilización o suspensión del cuerpo), Disciplina, Dominación, Sumisión, Sadismo y
Masoquismo, y las mismas conclusiones que mencioné para la condición sadomasoquista, aplican
para este conjunto.

¿Cuándo el sadomasoquismo se convierte en patología?

Cuando no existen otras maneras de lograr la excitación más que por la vía del dolor, malas
palabras, dominación y sumisión, es recomendable buscar ayuda especializada, ya que detrás de
esa adicción existe un gran temor a la soledad, y la pareja sadomasoquista desarrolla una
codependencia enferma, no sólo en la cama sino en los demás aspectos de su vida juntos, en los
que el maltrato emocional y en ocasiones también físico siguen presentes.

Las personas con esta problemática generalmente sufrieron abusos, maltrato o abandono
emocional o físico de los padres.

En ocasiones el consumo de drogas o alcohol facilita la pérdida de control en alguno o ambos
participantes.

Sadismo Sexual

Por otro lado el Sadismo Sexual, se refiere a un individuo que experimenta excitación al infligir
sufrimiento físico o psicológico a otra persona con la que no existe un acuerdo de llevar a cabo
estos “juegos” o prácticas, y es considerado un delito.

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