En pleno siglo XXI, hay aspectos de la comunicación dentro de algunas parejas, que parecieran
pertenecer a la época victoriana. La represión, la inseguridad y el miedo son situaciones que
padecen una de cada tres personas y por lo menos dos de cada cinco parejas.

Para comunicar con claridad a la pareja lo que se desea o necesita para que la relación sexual
sea placentera y completa, es necesario que cada uno de los integrantes de la pareja se conozca
física, mental y emocionalmente para que pueda hacerle saber a la pareja sus necesidades.

Idealmente supondríamos que una pareja iría conociéndose más a través de las exploración con su
compañero de nuevos estímulos, diversas expresiones emotivas, pláticas y prácticas que ambos
elegirían; y que cada vez, se procuraría llevar a cabo aquello que a les fuera resultando más
erótico y amoroso.

Sin embargo, el caso es que en muchas ocasiones la comunicación parece nunca haberse logrado o
haberse deteriorado con el paso del tiempo.

Hay varios temas que he notado que son recurrentes, te menciono:

En la Mujer

*La incapacidad de lograr un orgasmo satisfactorio, la presión que ella siente por parte de
su pareja de conseguirlo y la sensación de que algo va mal con ella.
En el Hombre

*El miedo de que el tamaño de su pene o su desempeño no sea suficientemente bueno para
su compañera y el temor a ser rechazado por este motivo.
En los dos

*La falta cada vez mayor de deseo de tener intimidad.

*La Incapacidad de ponerse de acuerdo en acciones o fantasías por las que uno solo de los
dos se siente atraído, como podría ser el sexo oral, sexo anal, erotizarse con algún tipo de atuendo
o lencería, hablar con lenguaje atrevido o hasta obsceno durante el acto sexual, algunas
posiciones, fantasías, que pueden o no implicar a otras personas, objetos o disfraces, entre
muchas otras.

Hay personas que padecen algunas de estas situaciones y no han sido capaces de
mencionárselo a su pareja, a veces no se lo han contado ni siquiera a una amiga o amigo, y el
terapeuta es el primer ser humano con el que pueden compartir la angustia de cargar con el
problema ellos solos después haberlo “rumiado” y “enrarecido” en su mente durante mucho tiempo.

Otras ocasiones, el tema se ha tratado con la pareja sin haber podido lograr ningún
avance, o por el contrario, incluso han perdido la estabilidad cotidiana con la que se podían
manejar fuera de la cama. La reacción de alguno o ambos ante situaciones del diario se torna
explosiva, o la frialdad e indiferencia aumentan.

En otro grupo de parejas, sucede que la comunicación en el día a día, funciona
asertivamente y son capaces de expresar necesidades de afecto, solucionar situaciones referentes
a los hijos o la economía familiar.

Y, desafortunadamente una cuarta situación muy frecuente se refiere a aquellas parejas
que tienen una muy pobre comunicación respecto a todos los temas cotidianos, dígase de afecto,
familia, trabajo y economía, y el sexo solo viene a sumarse a la lista.

La buena noticia es que para cada situación hay un camino que ambos miembros de la
pareja pueden recorrer para lograr una vida sexual satisfactoria, y si alguno de los dos no da el
paso hacia el desarrollo de conciencia necesario para la evolución de la relación, será
responsabilidad del que esté más interesado o en una situación de mayor incomodidad dar el paso
para convertirse en un ser sensual y sexual pleno, y tomar la decisión de disfrutar su sexualidad
siendo él o ella su propia compañía, o abrirse a la posibilidad de separarse de su compañero para
dejar lugar a un nuevo ser con el que pueda disfrutar los caminos del erotismo y el éxtasis.

Cada ser humano merece encontrar a un compañero con el que compartir una vida erótica
intensa, plena y amorosa; para ello es necesario que cada uno por separado encuentre un estado
de ser en el que se sienta satisfecho con su vida, merecedor de lo mejor y se conozca lo suficiente
para poderse mostrar con su pareja con la profundidad necesaria para hacer del placer un acto
de creación.

(Visited 75 times, 1 visits today)