Gaby Gay como terapeuta sexual, no solo conoce y utiliza las actualizaciones científicas, sino toda una serie de conocimientos orientales que ayudan a los individuos y parejas a desarrollar sus potenciales a una plenitud de encuentro y placer. Adapta su técnica y contacto para lograr un desarrollo pleno de sus pacientes. Su enfoque le permite adaptarse a las necesidades específicas de sus consultantes.

“Cuando el discípulo está listo el maestro aparece”. Esta frase resuena conmigo. Realmente Gaby ha sido esa maestra que ha contribuido de manera significativa en mi proceso de sanación. Testigo clave de mis recaídas, también se ha convertido en la profesional que no solo escucha sino que acciona en momentos intensos donde no puedes ver luz dentro de tanta sombra, y eso lo valoro y agradezco desde mi alma; por que sin esa palabra, sin esa técnica o sin ese contacto profesional, mi vida tal vez no hubiese girado como lo está haciendo en este momento. Se dice que éticamente un psicólogo debe conservar distancia con su paciente, con Gaby definitivamente esta distancia se convierte en una paradoja, por que es su cercanía lo que más aprecias en su acompañamiento terapéutico. Con toda la sabiduría de vida y experiencia que la caracteriza y con la que me ha ayudado, quiero reconocer que ella no es una Psicóloga, ella es una Maestra.

Gabriela es excelente Psicoterapeuta, con mucho ejercicio y experiencia, tanto en terapia individual, de pareja y familiar.

La ayuda que nos ha dado Gaby salvó nuestro matrimonio. Teníamos más de 4 años sin tener relaciones sexuales a pesar de que nos llevábamos bien en otros aspectos después de casi veinte años de casados. Hemos podido retomar nuestra vida sexual, y además también mejoramos la comunicación entre nosotros y con nuestra hija adolescente. Ya habíamos probado con otra terapia, pero no funcionó. Estamos muy agradecidos de habernos dado una oportunidad más, y sorprendidos de que aunque las sesiones fueron siempre por zoom, porque vivimos a miles de kilómetros de la Ciudad de México, funcionaron desde el primer momento. No es que el problema se resolviera de inmediato, pasaron como 3 meses para ver resultados contundentes, pero aun al principio nuestra relación comenzó a mejorar.

“Desde el primer contacto que tuve con ella, me dio mucha seguridad. En la primera plática me causó curiosidad su técnica por ser diferente. Ahora, cada vez que hablo con ella, me da paz… ¡Cada sesión es un descubrimiento personal y un reto para sentirme bien conmigo misma y buscar la felicidad! ¡Gracias Gaby, sigue iluminando a las personas con tu luz!”

Gaby puede diseñar la terapia que mejor te convenga para el momento y la situación en la que te encuentras e irla modificando conforme vayas avanzando en tu camino. Es muy empática y perceptiva. Posee un arsenal de conocimientos y técnicas, desde diferentes tipos de terapias psicológicas hasta meditaciones tibetanas y constelaciones familiares, que sabe adaptar a tus necesidades específicas. A mí me ha llevado de la mano, con paciencia y entrega, en mi viaje de descubrimiento y reconstrucción.

Gracias a Gaby, comencé a hacerme consiente de que las heridas emocionales que tenía sí se podían Sanar. Me conecté con mis emociones de maneras que no sabía que se podía. Agradezco intensamente haber podido coincidir con ella en el tiempo correcto para que pudiera ser una maestra en mi vida.

Hablar de la sexualidad y la intimidad es difícil. Más, cuando se tiene un problema. Desde la primera vez que conocí a Gaby y le platiqué de la razón por la que iba, ella me hizo sentir escuchado y comprendido. El ambiente de confianza y seguridad que te da es único y eso permitió que la terapia fuera siempre agradable y se progresara rápido. Fue comprensiva y asertiva durante mis sesiones. El acercamiento psicológico profesional, unido al espiritual, a través de meditaciones, fue algo muy nuevo (ni sabía que se podía). Pero me ayudó a ver que a veces no sólo hay que sanar con la mente, sino con el cuerpo y el espíritu. Me dio herramientas para el futuro y me hizo creer en mí. Algo que durante años trabajé con pura terapia tradicional, Gaby me ayudó a comprender y mejorar en cuestión de meses. Tenía 28 años cuando me acerqué a ella, nunca había podido tener novia. Ahora estoy en una relación satisfactoria en todos sentidos. No tengo más que cosas que buenas que decir y agradecimiento por su trabajo.

No es fácil dejar a un narcisista, es toda una pesadilla. Mi autoestima estaba tan lastimada, que literalmente necesitaba a alguien que pensara por mí. Eso hizo Gaby durante los primeros meses. Me ayudó a recuperar mi poder personal y a alejarme de quien me hacía daño. Y lo más increíble, no me permitió quedarme con el rencor que yo sentía hacia él. La forma de trabajo de Gaby es desde el corazón, siempre. Me enseñó a amarme, a poner límites y a sentir agradecimiento hacia todos, incluso hacia los que me lastimaron, y es así como estoy en paz ahora, y apenas tengo tiempo de llevar a cabo todos mis proyectos de trabajo, que por estar de víctima con mi ex, había dejado casi por completo. Sigo en terapia, porque ahora es un espacio para reflexionar y aprender técnicas de autoconocimiento y meditación.

Gabriela integra enseñanzas milenarias de la sexualidad a su práctica nada ortodoxa, donde incluye técnicas derivadas de caminos de búsqueda mística donde la energía sexual es una potencia transformadora como se enseña en el camino del Tao, las prácticas tántricas y sexualidad sagrada; mismas que ha estudiado con toda seriedad y especialmente explorado de manera vivencial. Es una mujer con gran experiencia de vida y una enorme familia muy amorosa, que es garante de su calidez y gran empatía. Gabriela ayuda a quienes toman el riesgo de recorrer caminos poco ortodoxos, ya que como terapeuta es inigualablemente creativa y original en sus prescripciones, con un compromiso y acompañamiento único con cada uno de sus pacientes. Por ello agradezco a Gabriela su presencia en mi vida, su amistad y su apoyo.